- “El WC no es un basurero” muestra las graves consecuencias medioambientales y económicas derivadas de esta práctica
- Las entidades reparten entre los vecinos y vecinas una guía útil para atajar esta problemática
Concienciar a los moncofinos sobre las consecuencias que tiene para el entorno arrojar por el inodoro o el sumidero del fregadero residuos como productos de higiene personal, aceites alimentarios o medicamentos es el principal objetivo de “El WC no es un basurero”. La campaña de sensibilización ambiental puesta en marcha esta semana en el municipio por el Ayuntamiento de Moncofa y FACSA, concesionaria del servicio de aguas potables y alcantarillado de la localidad.
Esta campaña surge como consecuencia de los graves problemas que el vertido de este tipo de residuos está ocasionando en el municipio, donde el habitual desecho de toallitas húmedas, aceites, bastoncillos o tiritas está provocando emboces de las bombas de impulsión de aguas residuales, con las consecuencias económicas y medioambientales que eso conlleva para el entorno y los sistemas de saneamiento y depuración.Pero este no es un hecho aislado, ya que el vertido de toallitas húmedas representa uno de los principales problemas del sistema de saneamiento y depuración a nivel nacional. En España se estima que los costes derivados de la limpieza de la red de saneamiento y el mantenimiento de las instalaciones de bombeo y depuración alcanzan cifras de entre 70.6 y 122,5 millones de euros al año, según la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS). Del mismo modo, la reparación de los atascos en los colectores de la Comunitat Valenciana asciende a 13 millones de euros al año.
En el caso concreto de Moncofa, y tal como han apuntado desde el consistorio y la compañía concesionaria, “el vertido de este tipo de residuos por el inodoro o el sumidero del fregadero es ya una práctica habitual con importantes consecuencias para nuestro entorno, lo que nos ha llevado a poner en marcha por primera vez esta campaña de concienciación”. No obstante, tal como han concluido desde el Ayuntamiento, “la idea es convertir en recurrente esta campaña, a fin de reforzar y consolidar el mensaje durante los próximos años para poner fin a esta problemática”.
Los puntos de distribución habilitados para la recogida de las guías buenas prácticas de serán los edificios municipales (Ayuntamiento, bibliotecas e instalaciones deportivas) y las oficinas de FACSA.