- El equipo de trabajo, integrado por FACSA y miembros de la Universidad Politècnica de València y la Universidad de Valladolid, logra desarrollar un innovador sistema de monitorización automática del estado de los cojinetes de empuje en bombas sumergidas
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y los fondos FEDER concedieron, en la convocatoria ‘Retos Colaboración’ de 2019, financiación para el proyecto EMBER. Un proyecto que llega ahora a su fin tras haber alcanzado su objetivo: desarrollar un sistema de monitorización pionero capaz de predecir las averías en equipos como bombas de agua sumergibles, a fin de facilitar su sustitución y evitar daños y posibles roturas.
Y es que el equipo del proyecto -integrado por FACSA y miembros la Universidad Politècnica de València y la Universidad de Valladolid- ha logrado definir las magnitudes eléctricas derivadas de las tensiones y corrientes que puedan presentar una correlación con el estado de desgaste de los cojinetes de empuje en bombas sumergibles y detectar fallos en los cojinetes en un estado incipiente, siendo la ventaja principal de este innovador método su carácter no invasivo, ya que se lleva a cabo en la superficie, no siendo necesario instalar sensores en el sistema sumergido.
Los cojinetes de empuje o axiales son un elemento crucial en los sistemas de bombeo sumergibles, especialmente en bombas con eje vertical, cuando situados en la parte inferior, sostienen el peso de todos los elementos móviles, incluido el fluido de trabajo. Dichos cojinetes, dotados de un elemento fijo formado por un conjunto de pastillas y un elemento móvil de cuerpo sólido, sufren un desgaste que hay que monitorizar. En caso contrario, esto puede provocar el fallo del cojinete que deriva en un fallo masivo del motor.
Concretamente, el desgaste puede aumentar hasta provocar un aumento de la fricción tal que se produzca una sobrecarga no prevista por las protecciones del motor o causar el desprendimiento de fragmentos del cojinete que, tras circular por el fluido refrigerante, impacten en el aislante del estator del motor. En ambos casos hay que rebobinar el motor, siendo el coste del mantenimiento muy distinto al mero cambio del cojinete desgastado.
En bombas de superficie, el desgaste se suele monitorizar mediante un sensor de proximidad entre los elementos fijos y móviles del cojinete. En las bombas que trabajan completamente sumergidas en su fluido de trabajo, como en pozos de agua potable o de riego, los sensores de proximidad no pueden ser utilizados y tampoco es viable la medida de vibraciones. Una solución que a día de hoy aplica la industria es la monitorización de la temperatura de trabajo del motor, pero esta depende de otros factores, además de no tener una sensibilidad suficiente respecto al estado del cojinete.