“Castelló ha hecho los deberes en materia de sostenibilidad, pero todavía quedan muchos retos que afrontar”. Así lo aseguraba José Claramonte, director general de FACSA, en el encuentro que mantuvo ayer con Amparo Marco, alcaldesa de Castelló, en torno al Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU número 11 que busca que las ciudades sean más inclusivas, seguras y sostenibles.
Durante el encuentro, organizado por Mediterráneo y moderado por su director, José Luis Valencia, ambos coincidieron en que Castelló busca “humanizarse” de la mano del reto de la sostenibilidad, sin renunciar al crecimiento económico. Un anhelo de convertirse en una ciudad verde que estará más cerca cuando el plan general 2021 sea una realidad.
En este marco, la alcaldesa destacó la “seguridad jurídica” que el nuevo plan de dará a las empresas que quieran arraigar en Castelló, y puso como ejemplo la decisión de Amazon de instalarse en Onda. En esta línea, Claramonte comentó que este plan será “una pieza básica para el desarrollo sostenible de Castelló”, y señaló aspectos como la regulación de la Marjaleria, la creación de anillos verdes o la mejora del drenaje urbano para evitar inundaciones”.
Al hilo de lo anterior, Claramonte destacó que “la ciudad tiene agua de calidad y cantidad para todos los retos que ha de afrontar”, y puso en valor “los hitos enfocados a la sostenibilidad y el crecimiento”, como la depuradora, ejemplo de economía circular, o la red de distribución para riego de parques y jardines, que aprovecha los lodos para fertilizar los campos y es capaz de autoabastecerse de energía con el biogás que genera.
El director general de FACSA también destacó la gran inversión realizada en la ciudad, que ha permitido “multiplicar la capacidad de evacuación de aguas pluviales” en el marco del reto de la gestión de las lluvias, cada vez de menor duración pero de mayor crudeza.
Por último, señaló la capacidad de monitorización de aguas residuales, “un reflejo del comportamiento de la sociedad”, que ha permitido implantar el proyecto Covid Water, “una herramienta para monitorizar esta pandemia y en un futuro para lo que pueda venir”.
Con todo, Claramonte señaló que “aún quedan retos que completar en el ciclo integral del agua”, que pasan, en parte, por “la implementación de la tecnología y la transformación digital que deben ir acompañadas del acceso de la ciudadanía a herramientas para evitar brechas digitales”.
Preguntados, por último, por el Castellón que les gustaría tener en un futuro, Claramonte remarcó que la capital de la Plana “es un enclave privilegiado para convertirse en una ciudad referente”. El director general de FACSA añadió que le gustaría que “se apostara por una innovación integrada en un entorno amigable de ciudad, con transporte también metropolitano, con zona verde y cuidado del patrimonio agrícola, que es una seña de identidad, y el reto de la Marjaleria”, que le gustaría que fuera “un humedal ordenado para disfrutarlo”.
Castelló asume, pues, el reto de crecer con un modelo de ciudad sostenible, y para ello ha sido, además, elegida como ciudad pionera para configurar un plan estratégico que determine, como explicó Marco, “qué clase de ciudad queremos ser”.